18 de mayo de 2011

Lavabos, aereopuertos y esencias.


La primera vez que accedió a la nueva terminal del aeropuerto de Barcelona y entro en uno de sus lavabos le inundo una fragancia anormal, extraña, un aroma que no encajaba con el lugar ni su uso. Le recordaba la olor de unos tallos que al cortar en verano en el jardín inundaban su nariz con una esencia caramelizada.

Cada vez que viajaba y utilizaba los lavabos de la terminal, la fragancia le golpeaba su celebro. No se acostumbraba a encontrar en ese espacio un olor que  lo transportaba directamente a la tranquilidad, a la quietud, al sosiego del verano.

"Los lavabos del la terminal T1 del aeropuerto de Barcelona están aromatizados con una fragancia creada especialmente. No os diré a que huelen. Entrar en uno de los 70 servicios que existen e intentar adivinar cual es el aroma. Ya os digo que no es a caramelo."

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